Parece ser que son los medios extranjeros, los únicos que se atreven a investigar sobre los tratos del presidente de México, Enrique Peña Nieto, con los contratistas del gobierno.
En un ámplio reportaje, el prestigiado diario estadounidense The New York Times habla de los vínculos entre Juan Armando Hinojosa Cantú, dueño de Grupo Higa y el priista Peña Nieto, los cuales favorecieron al empresario para obtener la concesión para la construcción de numerosas obras públicas.
El texto de Paulina Villegas narra que el ciudadano Armando García emprendió una batalla legal y de presión social mediante protestas, contra la construcción de la carretera en Xochicuautla al nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. A pesar de la orden de la corte a favor de los habitantes de ese lugar, cientos de pinos fueron derribados para la construcción.
“El señor García y sus vecinos consideran que no tienen ninguna posibilidad de detener la construcción de la carretera. Después de todo, no están luchando contra una constructora ordinaria. Se están enfrentando a un empresario tan bien conectado que los mexicanos lo han llamado el contratista preferido del presidente”, dice el rotativo.
“Nosotros sabíamos que el control político del presidente existe ya desde hace mucho años. Simplemente no pensamos que terminaría afectándonos directamente tanto”, mencionó García al NYT.
“¿Cómo un amigo del presidente que comenzó vendiendo post- its termina controlando un imperio que obtiene miles de millones de dólares de contratos del gobierno y obteniendo la autorización de pavimentar sobre un bosque protegido y obtener concesiones para construir hospitales y trenes?”, preguntó García.
Nuevos documentos obtenidos por el NYT muestran que las compañías de Hinojosa y sus afiliados han obtenido por lo menos 2 mil millones de dólares en negocios con las agencias del gobierno a través de 80 contratos. Los legisladores y críticos opositores consideran que el ámplio número de contratos son el resultado de una larga década de relación entre el presidente mexicano y el contratista.
NYT asegura que los vínculos entre Peña Nieto e Hinojosa ya eran un asunto de controversia incluso antes de que periodistas mexicanos emprendieran una investigación sobre la casa blanca de la pareja presidencial, en referencia a la investigación del otrora noticiero de Carmen Aristegui, en MVS.
New York Times detalló que en el 2000, Hinojosa donó decenas de miles de dólares al Partido Revolucionario Institucional. De acuerdo con los datos obtenidos gracias a solicitudes de transparencia, financió desde estufas hasta playeras.
Explica que también existen otros acuerdos que involucran al empresario con el PRI. Entre ellos, se incluyen la expansión del presupuesto de la carretera de Xochicuautla de 132 millones de dólares a 207 millones; así como la ampliación de otra carretera de 104 millones a 127; además del contrato de 74 millones para renovar el hangar del avión presidencial y el 37 por ciento de participación en la construcción del acueducto para surtir agua a la ciudad de Monterrey, conocido como Monterrey VI, al cual se opone hasta el gobernador electo en ese estado, Jaime Rodríguez Calderón.
Refiere que Hinojosa, proveniente de Tamaulipas (norte de México), se estableció en el Estado de México (Centro) en 1980. Entonces, obtuvo pequeños contratos con el gobierno, por impresiones y publicidad.
“Juan Armando Hinojosa llegó aquí sin nada; parece como si se hubiera hecho millonario en cuestión de días”, mencionó José Altamirano, ex funcionario del gobierno que ahora representa a empresas de construcción que se encuentran en disputas legales contra el gobierno.
“La relación de negocios con el gobierno comenzó con el gobernador Arturo Montiel. Dicha relación floreció más tarde con su joven y ambicioso protegido—Peña Nieto— que comenzó como el secretario personal del gobernador y más tarde ocupó una posición en el gabinete del estado en el cual tuvo acceso a contratos influyentes”, abundó.
“El mensaje es: No importa el talento, el grado de innovación, lo capaz que eres como un hombre de negocios. Lo único que realmente importa es sus conexiones políticas “, mencionó Fausto Hernández, Investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).