lunes, 11 de junio de 2012

Los dos que ganaron y los dos que perdieron




Quantum Político


Por: Arístides Avilés Hernández


El segundo debate de los presidenciables ha sido el más visto en la historia de este país, un logro que sin el movimiento estudiantil no hubiera sido posible; ha permitido a millones de mexicanos tener la oportunidad de decidir y reflexionar su voto. También se notó una mejora significativa en producción y formato, aunque las reglas se repitieran y terminaran por generar confusión.


Estamos a escasos días de ir a sufragar y el verdadero puntero de siempre parece perder fuerza, me refiero al abstencionismo, el mismo que ha mostrado ser el contundente ganador en cada elección de este país y cuyo impacto deja a gobernantes con altos grados de ilegitimidad, además de incrementar el escepticismo hacia nuestra democracia.


Hoy gracias a una inusitada movilización de ciudadanos jóvenes, hay dos grandes cuestiones sobre la mesa, la primera es que la fracción del electorado que tradicionalmente es señalada como apática, ahora renuncia a serlo y muestra empuje para vencer al abstencionismo; la otra tiene que ver con el porcentaje de población que representa, ya que ellos (el voto joven), será quien determine en definitiva quien gobernará este país.


Este nuevo ejercicio democrático deja clara la necesidad de millones de ciudadanos en participar en lugar de mantenerse al margen y ello deviene curiosamente de un efecto contrario al que esperaban los dueños del duopolio televisivo, quienes apostaban a adormecimiento y la apatía para garantizar sus productos. Televisa y Tv Azteca, tuvieron que hacerse pasar por demócratas y ceder los dos canales de mayor audiencia, lo que posibilitó que millones de hogares se enteraran de lo que pretenden los presidenciables.


Quedó claro también que las redes sociales serán un factor que se debe evaluar con mayor seriedad, ya que hasta el momento han sido minimizadas y mostradas como inoperantes para significar impacto en los resultados de la elección.


Sobre el debate hubo dos claros ganadores y dos perdedores, AMLO se mantuvo al margen de los ataques y no se dejó enganchar, lo que le permitió expresar sus propuestas y dirigirse con mejor conexión hacia los jóvenes de este país quienes, insisto, serán los que definan la elección, motivo por el cual AMLO tuvo el mejor papel y ganador del debate ya que capitalizó la oportunidad de presentarse como el de mayor experiencia política ante la audiencia, una opción viable, además de ser el único en leer mejor la circunstancia política del país.


Josefina Vázquez, ganó también ante la óptica del espectáculo. Sin embargo, fue esa la misma situación que la mostró tal cual, echó mano sus últimos recursos e hizo una suerte de recapitulación de las acusaciones, descalificaciones e incluso se montó (como ya lo había hecho con el movimiento estudiantil) en el discurso de Javier Sicilia para tratar de remontar y dio el campanazo de la noche al invitar a “un ejercicio imaginario”, el mejor elemento para la creatividad humorística de la redes sociales. JVM ganó entonces para los que degustan telenovelas y talk shows, las propuestas fueron menos, con ello dilapida su última oportunidad.


Enrique Peña se mantuvo en sus spots y mantuvo en todo momento la distancia, no quiso arriesgarse, se agazapó en busca de pasar tan desapercibido como fuera posible, para evitar perder más. 


La imagen de EPN se degasta y desmorona al mismo tiempo que se develan los nexos, componendas, datos, que dejan claro que se trata de un producto y no un político, aunque se debe reconocer que la mercadotecnia es muy exitosa entre la población desinformada.


Gabriel Quadri dilapidó también su poco capital, se mantuvo como el candidato pivote de EPN, qué triste imagen la de este señor, que se unge en el discurso de “los mismos políticos de siempre” y no perdía oportunidad para golpear. Habrá que reconocerle que le tenía bien preparada la respuesta a JVM, pero su objetivo siempre fue AMLO.


Independientemente de ganadores y perdedores, he aquí algunas propuestas que podemos suscribir:


Eliminar 100 diputados, eliminar privilegios fiscales, crecer al 6% anualmente, cambiar de sistema económico, eliminar el fuero político, quitar la auditoria Superior de la Federación y la Secretaria de la Función Pública de manos de los diputados y el Presidente, creación de empleos, nueva política exterior, no criminalizar a los migrantes en EU o centroamericanos, evitar la militarización de la frontera.


Combate frontal a la corrupción en todos los niveles, la instauración de Internet como un derecho de todos los mexicanos de forma gratuita, generar garantías educativas para que cada escolar pueda acceder a la Universidad y conseguir autosuficiencia alimentaria.


Los políticos deben ir considerando algo nuevo, al igual que los candidatos y el eventual Poder Ejecutivo; hoy como nunca antes, existe una nueva sociedad que ha tomado un nuevo brío empujada con las nuevas tecnologías, la agenda política no debe pertenecer a los políticos, ellos deben escuchar y representar al pueblo de México.


Pensemos todos en el sentido derrotista y engañoso de “ahora les toca a los jóvenes”, “es tiempo de pasar la estafeta a la juventud”, “ahora es tiempo de hacernos a un lado y dejar actuar a la juventud”, eximiéndonos de nuestra responsabilidad, la participación activa o, por decir lo menos, pasar a la tribuna del pasmo, el olvido y la zona de confort frente a una realidad que le resulta ajena. La responsabilidad de sacar adelante a este país nos pertenece a todos, la historia que se escribirá se inscribe en las manos de cada uno de nosotros.

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