jueves, 9 de agosto de 2012

Perfil de Sandra Ávila Beltrán "La Reina del Pacífico"


Sandra Ávila Beltrán, “La Reina del Pacífico”, presunta operadora del cártel de Sinaloa, que ha trascendido a expresiones de la cultura popular, es identificada como una de las pocas mujeres que ha logrado destacar en el ámbito del narcotráfico.

Es sobrina de Miguel Ángel Félix Gallardo, fundador del extinto cártel de Guadalajara y el máximo capo en el país en la década de 1980. Sus padres son María Luisa Beltrán Félix y Alfonso Ávila Quintero, familiar del también exlíder del cártel de Guadalajara, Rafael Caro Quintero.

La presunta narcotraficante fue detenida en 2007, en compañía del colombiano Juan Diego Espinosa, “El Tigre”, quien era su pareja. Se les acusó por trasladar al menos nueve toneladas de cocaína en el buque Macel, decomisadas en 2002 en el puerto de Manzanillo, en el Pacífico Mexicano. Aunque ella decía que se dedicaba a vender ropa.

Las autoridades señalaron que fungía como intermediaria entre narcotraficantes colombianos y el cártel mexicano de Sinaloa, que dirigen: Ismael El Mayo Zambada y Joaquín El Chapo Guzmán Loera.

A partir de su aprehensión, “La Reina del Pacífico” estuvo inmersa en un intrincado proceso judicial, que incluyó el reclamo de las autoridades de Estados Unidos para extraditarla.

"Ahora tropiezo con los muros de mi celda entre la depresión y el ánimo, medio muerta y medio viva, caída y vuelta a levantar. Estoy aquí sin delito y esto ya va para 10 meses", expresó Ávila Beltrán en el libro La Reina del Pacífico: es la hora de contar, de Julio Scherer.

"Fui capturada y los medios me exhibieron con todo su poder. Narcotraficante, peligrosa, es lo menos que han dicho de mí en su gritería", agregó Ávila Beltrán en un diálogo con Scherer. Ahí dijo que rechaza el apodo de “La Reina del Pacífico”.

Aunque en un inicio la acusación de la justicia mexicana estuvo relacionada con narcotráfico y delincuencia organizada, a finales de 2010 un juez la absolvió de esos cargos.

Tiempo después, la Procuraduría General de la República (PGR) inició un procedimiento, por lavado de dinero, y un juez le dictó formal prisión en marzo de 2011.

Un Tribunal Colegiado en México autorizó la extradición a Estados Unidos de Sandra Ávila Beltrán en junio de 2012.

El Poder Judicial de la Federación explicó en ese momento que uno de los cargos por lo que Estados Unidos reclama su extradición, relacionado con el aseguramiento de nueve toneladas de cocaína en costas mexicanas, ya había sido considerado en un juicio que tuvo Ávila Beltrán en territorio mexicano.

En cambio, un segundo cargo, relacionado con la entrega de 100 kilogramos de cocaína en la ciudad de Chicago, Estados Unidos, en 2001, es el que permitiría su extradición sin que se violen sus derechos.

En febrero de 2011, autoridades del Distrito Federal iniciaron una investigación en el penal femenil de Santa Martha Acatitla, porque trabajadores de esa instalación supuestamente permitieron a Ávila Beltrán realizarse un tratamiento estético con botox.

Más adelante, las autoridades reportaron que la persona que se inyectó botox dentro del penal no fue Ávila Beltrán, sino la directora de la cárcel, que fue destituida.

Versiones periodísticas indicaron que La Reina del Pacífico tuvo privilegios en esa prisión, como el de usar zapatillas, gorras y lentes oscuros.
Poco después de ese incidente, Sandra Ávila fue trasladada de Santa Martha Acatitla al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 4 del estado de Nayarit, en el norte de México.

La imagen de su rostro sonriente, en el momento en que le tomaron la foto de registro para ingresar a prisión, llamó la atención de medios y de algunos especialistas que consideraron que era un gesto desafiante.

En el ámbito de la literatura, se menciona que Sandra Ávila inspiró la novela de La Reina del Sur, escrita por Arturo Pérez-Reverte, que a la postre inspiró una telenovela protagonizada por la actriz mexicana Kate del Castillo, además de varios corridos.

El gobierno mexicano entregó este jueves a Sandra Ávila Beltrán a las autoridades estadounidenses en el Aeropuerto Internacional de Toluca, Estado de México.

Comparecerá ante la corte federal del Distrito Sur de Florida para enfrentar un par cargos: conspiración para importar cocaína, y conspiración para poseer e intentar distribuir cocaína. Ambos pueden tener como pena máxima la cadena perpetua.

Redacción, con información de CNN

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