Cuando tenía 8 años leí mi primer libro: "La noche de Tlatelolco" de Elena Poniatowska. La primer vez que fui a una marcha del 2 de Octubre se cumplían 19 años de la masacre de 1968.
Ese suceso lo he seguido desde entonces más que ningún otro. Puedo decir que han sido pocos los eventos que han intentado desvirtuar esa manifestación.
Uno, durante el gobierno del salinista Óscar Espinosa Villareal (1997-2000). En esa ocasión, la marcha la encabezaba una veintena de autobuses de la recién declarada en quiebra (por ese mismo gobierno) Ruta 100. Los autobuses fueron llevados al Zócalo capitalino y ahí les prendieron fuego. La manifestación se trasladó a la Plaza de Santo Domingo y ahí efectuó su mitin.
En 2013, un berrinche de Miguel Ángel Mancera impidió que la manifestación llegara a la Plaza de la Constitución. Esa vez, los contingentes estudiantiles de las universidades y el politécnico quedaron enmedio del enfrentamiento entre el grupito de provocadores y la policía.
Ahora, en 2019 y con la izquierda, éste grupo amorfo, entre feministas, anarquistas y muy probablemente ultraderechistas, se hace presente en todas las manifestaciones, con un solo objetivo, sembrar el caos, crear violencia y provocar a la autoridad.
Con algunos actos vandálicos aislados,
Como verá en el video, el grueso del contingente se congregó en el Zócalo, de manera pacífica y una minoría es la que decidió confrontarse con la policía, romper vidrios y hacer pintas.
Obviamente, los medios de comunicación siempre van a proyectar lo violento, vende más.
En algún momento, empezarán a destacar los rostros de los líderes de estos grupos y ahí vendrá el hilo conductor a los instigadores. Les va a salir "el tiro por la culata".
Todo está en que la 4T quiera investigarlo.
Al tiempo...
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