Mientras en Europa la semana rechazaron el
Acuerdo Comercial contra la Falsificación (ACTA), porque podría atentar a la
privacidad de los consumidores, las libertades y la libre información, en México, el gobierno de Felipe Calderón lo firmó
este miércoles.
La Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel)
y el Senado también habían manifestado el rechazo al acuerdo que ha sido
acusado reiteradamente de restringir las libertades de internet en el mundo.
Pese a esto, el documento fue firmado por el embajador de México en Japón, Claude Hellerante.
El gobierno nipón, depositario del ACTA, busca detener el comercio ilegal de
productos piratas y/o falsificados, incluyendo su distribución masiva por
medios digitales, informó el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial
(IMPI).
El propósito del ACTA es “de combatir de manera más eficiente el problema de la falsificación y piratería en materia de marcas, invenciones, obras intelectuales y artísticas”, informó la agencia estatal Notimex.
A su vez, el diario Reforma informó que los países que han firmado este acuerdo son: Australia, Canadá, Corea, Estados Unidos, Japón, Marruecos, Nueva Zelanda, Singapur y la Unión Europea.
El 4 de julio pasado, el diario español El País informó que el ACTA fue rechazado “por goleada: 478 votos en contra, 39 a favor y 165 abstenciones son el resultado de la votación en el pleno del Parlamento Europeo”.
El IMPI aclaró que el ACTA no violenta los derechos humanos reconocidos por la Constitución y por los Tratados Internacionales de los que México es parte, refiere la nota de Notimex.
El IMPI detalló que el Estado deberá ceñirse además a la legislación secundaria que el Congreso de la Unión emita en la materia, donde se reforzará la observancia y respeto irrestricto a dichos derechos fundamentales, tales como la libertad de expresión, el derecho a la legalidad, la privacidad de datos, el debido proceso y el acceso a la información y a la cultura.
Por tanto, la aplicación del ACTA, afirma el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual, no generará un ambiente de vigilancia o monitoreo a las actividades que se realizan cotidianamente en plataformas como Internet, ni para revisar o incautar equipos de cómputo ni reproductores personales de audio o video
Según el instituto, el ACTA lo que buscaría es proveer un marco general de buenas prácticas de observancia y cooperación internacional que protege los trabajos, la creatividad, las exportaciones y el bienestar de los mexicanos, y se constituye en un instrumento equitativo y razonable frente a otros derechos.
Sin embargo, el IMPI siempre sí deja ver el trasfondo, pues indica que la firma del ACTA surge en momentos en que México enfrenta un “grave problema” de falsificación de marcas y de piratería en distintas ramas industriales, que involucra desde prendas de vestir, calzado deportivo, música y cinematografía hasta productos que atentan contra la salud y seguridad de los consumidores, como medicamentos, bebidas alcohólicas, tabaco y autopartes.
Redacción con información de Notimex y Reforma.
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