lunes, 13 de julio de 2015

"Gran mentira", en fuga de ‘El Chapo’; El Altiplano es inviolable: Carrillo Olea

La inverosímil fuga de Joaquín "El Chapo" Guzmán sigue generando dudas. Jorge Carrillo Olea, extitular del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), concedió una entrevista a Variopinto
Así, el hombre que recibió a El Chapo cuando fue detenido en 1993 por autoridades de Guatemala, asegura que Joaquín Guzmán no ocupaba una celda, ya que este tipo de delincuentes por vías de la corrupción se les otorgan muchas complacencias: “El señor no estaba en una celda, era una oficina de algún modo reservada, quizá la vigilancia del pasillo donde se controla todo, incluyendo las 10 estancias que ahí se ubican.
“Otra posibilidad es que no se encontraba en una celda sino en dos, porque si una de estas mide cuando mucho 3 por 4 metros —que es de por sí un área muy grande—, y le quitas el tamaño de la cama, el espacio que ocupa el escritorio y el baño, te darás cuenta que no hay modo de que quepa la entrada hacia un túnel.
“Estas celdas tampoco tienen regadera”, dice Carrillo Olea a José Luis Montenegro, autor de la nota, y agrega: “los señores se bañan un día sí y un día no, como lo establezca el capricho o el dinero”.
Durante la administración del presidente Carlos Salinas de Gortari, se construyó el Centro Federal de Readaptación Social Número 1, “El Altiplano”, antes Almoloya de Juárez, al cual fue integrado un sistema de seguridad que consistía en lo que Olea llama “un sombrero electrónico”, que permitía intervenir la entrada y salida de comunicaciones para filtrar información de calidad y hacer un balance de inteligencia. Todo esto se perdió, por la incesante corrupción.
“Es un recinto cerrado, un espacio que está blindado, es imposible penetrarlo, yo sé cómo está, yo diseñé en mis tiempos esa chingadera, es inviolable. Pero es inviolable la instalación más no las personas que ahí trabajan. Desgraciadamente, hay mucha corrupción”.
A pregunta expresa del reportero sobre si se puede tomar un baño a las 20:52 horas, respondió: "Exactamente, no lo puedes hacer, por eso insisto que no creo que El Chapo se encontrara en una celda común.
Sobre los sistemas permanentes de video vigilancia, y la presunción de que se haya podido violar el sistema para poder llevar a cabo una fuga "perfecta como esta", respondió que "es una intrusión en tu intimidad, total y absoluta, estás sentado en el excusado y te están filmando, cosas tan desagradables de decir, como que te estás masturbando y te están fotografiando. Es decir, no existe la mínima privacidad mientras comes o mientras duermes, todo el tiempo estás siendo monitoreado, es una cosa terrible pero parece que aquí no lo era tanto".
Dentro de la entrevista, Carrillo Olea comentó además: "Yo me pregunto: ¿dónde está la tierra producto de la excavación? Hay una gran mentira en el fondo. De acuerdo con las normas con las que se construyó el penal, no hay un minuto en que estés fuera del alcance de cámaras. No hay ninguna celda que tenga su propia regadera. ¡Qué caso tan más complejo! ¿Qué tipo de suelo tienen las celdas? Porque si es suelo calizo no hay quién lo penetre sin una herramienta. ¿Y el ruido? Si es un suelo inestable, hay posibilidad de derrumbes; un solo hombre en un espacio de 50 por 50 centímetros realiza un túnel de más de un kilómetro, ¿con qué ventilación?", inquirió.
"Y con iluminación y otros artefactos como tanques de oxígeno, combustible, PVC, por mencionar algunos", mencionó el reportero.
A ello, contestó: "Pues peor todavía, ¿de dónde salieron los cables, los focos y cómo se opacaba el ruido?
Más preguntas que respuestas…
"Es una forma reiterada pero sobrada de acabar, hay más preguntas que respuestas, efectivamente.
Sobre el ruido para construir el túnel, este lunes el diario Reforma publicó que los trabajos del Sistema Cutzamala, que se hacen en los alrededores del penal de máxima seguridad, permitieron que el ruido para generar el túnel pasara desapercibido.

“Les resultó muy bien, me cae que sí, le pensaron bien porque trabajando día y noche en el Cutzamala con el ruido de las máquinas y el ruido de allá, ¿cuándo los escuchaban? y es que en el Cutzamala estaban trabajando día y noche, eso sí es tener inteligencia”, expresó el señor Antonio, cuya casa se ubica a unos 250 metros de la casa en la que se encuentra el orificio de salida del túnel por donde, según la versión gubernamental, escapó Joaquín Guzmán Loera el sábado pasado.

Con información de Variopinto y Reforma

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